En 1874 se iniciará un nuevo periodo de la Historia de España con la instauración del régimen de la Restauración con el que la dinastía borbónica regresará de nuevo al trono de España con la figura de Alfonso XII.
Antonio Cánovas del Castillo será el político conservador que se encargue de diseñar los elementos principales del nuevo régimen político como la Constitución de 1876 y la implantación del turno de partidos.
El régimen de la Restauración deberá enfrentarse a numerosos problemas como el del caciquismo o la corrupción generalizada en las elecciones a través del pucherazo. Así mismo, el perfil autoritario del modelo político y las amplias desigualdades económicas generarán numerosas tensiones que se verán reflejadas en la importante conflictividad social en la que se verá inmerso el movimiento obrero de este periodo, Situación que, junto con la irrupción de los nacionalismos periféricos, se convertirá en uno de los máximos problemas de la Resturación borbónica.
Durante el periodo final del siglo XIX veremos como asciende al trono Alfonso XIII y se produce una importante crisis derivada del amplio pesimismo producto de la derrota hispana en la guerra contra Estados Unidos. El conocido como Desastre del 98 supondrá no sólo que España pierde sus últimas colonias más allá del Atlántico, sino que la sociedad española comprende que el esplendoroso pasado imperial ha quedado atrás.
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